Háblame del mar
El concurso televisivo “El rival más débil” mide, supuestamente, la cultura media de sus participantes. En su presentación los aspirantes a “cultureta del día” eligen dos o tres datos personales para darse a conocer mínima y formalmente a los telespectadores. Me llamó la atención esa concursante que eligió una terna de datos curiosamente relacionados: “Hola, me llamo Mar, soy licenciada en Ciencias del Mar, y soy Piscis”. La concursante fue la mar de salada, la verdad, sin embargo, la pobre hizo aguas y no llegó a buen puerto. No se llevó ni un duro. Y ni siquiera pudo desahogarse diciendo “cago en la mar”.
La sopa boba
Un programa matinal de Antena 3
reúne a diferentes personas que han protagonizado casos de violencia doméstica,
tanto maltratados como maltratadores. Desfilaron por el plató toda clase de
elementos. Sin embargo, el momento más crudo tuvo lugar con el último
testimonio: un padre que fue a contar que su hija murió a manos de su marido.
En menos de cinco minutos despacharon al pobre hombre con un frasco de
compasión y caras de circunstancias del presentador (e imagino que del
regidor). No hubo consejos sobre dónde acudir en caso de padecer maltratos, no
se facilitaron teléfonos ni direcciones a las que dirigirse en situaciones de
peligro, simplemente se pretendió irradiar morbo, como de costumbre. Y obtenido
el clímax, en menos de un segundo el conductor del programa cambió de gesto y
recomendó a la audiencia que no se perdiera el capítulo del día de la nueva
serie “La sopa boba”. Cree este humilde crítico que ninguna cadena debería
apropiarse de tan contundente nombre, pues la mayor parte de la programación
responde a él. De primero, sopa boba; de segundo sopa boba; y de postre, más
sopa boba. Ése es el menú degustación de la tele nuestra de cada día.
Homo zapping
Los chicos de El Terrat
construyen cada semana en Antena 3 un programa hilarante, en el que devoran a
los personajes de la televisión. Con unas imitaciones en ocasiones fantásticas
desnudan a los héroes de la audiencia, despojándolos de todo divismo y aires de
grandeza, lo cual es mucho desvestir. Hay que apuntar que suelen cebarse con
los profesionales de la competencia y que no vendría mal reírse un poco más de
sí mismos, o sea, de la cadena que pone la pasta para las parodias (Antena 3
ofrece un extenso catálogo de presentadores que ya de por sí constituyen toda
una parodia), pero lo cierto es que, a pesar de esta comprensible línea de
protección endógena, los argumentos que emplea El Terrat son de lo más
divertido de la televisión. La imitación de María Teresa Campos merece una
distinción especial, no sólo porque la actriz que la parodia logre reproducir
sus vaivenes y movimientos múltiples con maestría absoluta, sino porque detrás
de ese ejercicio de mimetismo se esconde una logradísima introspección
psicológica del personaje.
Veinte días y veinte noches
Lo de los anuncios es muy
fuerte, que diría Belén Esteban. Me deja perplejo ése en el que sale un señor
diciéndole a su pareja que hace veinte días que no... Para poner fin a tan
tremendo pesar, al menda no se le ocurre otra cosa que cocinar unas tagliatelle
ai funghi (o algo así), de ésas que vienen congeladas en una bolsita y que
se preparan en un par de minutos, calentándolas en una sartén con una chispa de
aceite. Leñe, parece que la pasta en cuestión debe tener efectos afrodisíacos.
Quizá sea verdad, y no es que a mí me preocupe, ejem... Lo malo es que en el
súper, cada vez que te vean coger de los ultracongelados la bolsita de tagliatelle,
ya darán por hecho que llevas veinte días sin mojar.
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